Un nuevo año siempre es ocasión para celebrar lo vivido, especialmente cuando los afanes de las personas honestas se han orientado hacia lo excelso, y el balance de lo alcanzado y defendido, constituye un compromiso irreductible por un mundo mejor, sin miedo al futuro y a lo difícil.
Concibamos y construyamos un porvenir más auspicioso, seguros que en medio de aquello que pueda perturbar ese camino, poseemos valores, principios y voluntad suficiente para afirmar lo mejor de nosotros y atisbar un país donde el brillo de la libertad, la democracia y todo aquello que evidencia la nobleza humana, se imponga sobre las sombras.
Impermeables a desalientos, celebramos el año nuevo y brindamos por todo lo que logramos.
FELIZ AÑO NUEVO 2013.
Un fraterno abrazo,
Amalio Belmonte.